Tú, bálsamo del grito de las luciérnagas al fenecer sobre mi cuerpo
Tú, lobreguez de mi llanto
Tú, instinto de mi carne:
surge del silencio
estruja mis senos
empapa tu rostro con el agua desembocada de mis labios
aleja con tu lengua mis dedos
y fórzame a ser sumisa
entre tus movimientos...
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